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Mostrando las entradas de septiembre, 2021

ABRIR.

El problema no es que te hayas ido. Uno se acostumbra a la ausencia.  El problema está en que dejaste la puerta entreabierta y yo cada tanto, aunque intente no hacerlo, me quedo mirándola por si volvés a entrar. 

TIEMPO.

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Creo en el amor romántico de las pelis pochocleras que veo los domingos de lluvia. Creo en el amor de Julia Roberts y Hugh Grant en Notting Hill. Creo en la media naranja. Creo en los besos apasionados. Creo en los abrazos interminables. Creo en el perdón y en las segundas oportunidades. Creo en las miradas, en la escucha y en la risa de esa persona. Creo en que dos personas que se conocen de toda la vida se encuentren algún día para darse cuenta que no pueden vivir sin el otro. Creo en la ilusión que me genera el amor. Creo aferrarme  (demasiado) a las personas (a vos). También creo que la persona enamorada siempre está en desigualdad de condiciones porque el amor no deja espacio para racionalizar .  Pero la que alguna vez fue mi media naranja, me dejó en claro  que no coincidíamos en ver el amor de la manera que yo lo creo. Me dolió pero luego entendí que no  me hizo perder el tiempo porque sabía que no podía darme todo eso que yo estaba buscando.  Así que, a vos, gracias por enseñar

TRUEQUE.

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Siento el olor a las milanesas, siento el olor al tuco de las pastas de los domingos o saboreo la pastafrola de batata con ese dejo a limón que me encanta.  Escucho atentamente las historias de tu juventud en San Isidro, las anécdotas del viaje en tren hasta la Facultad de Derecho y los debates sobre el radicalismo de Alfonsín es lo que se vuelve música para mis oídos mientras la radio, con interferencia, está prendida de fondo en la cocina cuando vos tomás un trago de vino blanco. Es un privilegio poder escribirles y que me estén leyendo. Miles y millones de momentos compartidos. Años. Risas, viajes, dormir en su casa, risas, jugar a la mancha en la terraza, abrazos y besos; más risas. El famoso monstruo que aparece a la noche tocando la puerta, risas. Mazos de figuritas de álbumes que pocas veces logré terminar, cigarrillo cuarenta y tres, la escondida, el pan envuelto con dulce de leche o manteca y azúcar; el té con limón. Los caramelos o cualquier golosina del kiosko de Perla. Beso

VOLAR.

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Los que más me conocen me dicen que ando por los aires, volando. Hoy me puse a pensar que así es. Siempre estoy volando. Pero no hablo de   que estoy viajando en un avión yendo a recorrer alguna ciudad, alguna montaña o playita para escuchar el agua correr mientras en mis auriculares suena alguna canción de rock nacional argentino (ojo! Si estuviese así estaría muy contenta, eh). En realidad hablo desde lo que me (nos) pasa con las redes sociales, con la virtualidad; eso que podés ser de acá pero estar allá con tan solo ver una publicación en el feed o una historia publicada hace exactamente diez minutos de personas que seguramente no sepas ni quiénes son ni te interesen. Digamos que de alguna manera podemos ser de acá pero estar allá deseando ser más de allá que de acá. No te quiero marear pero sería como si fuese que una parte nuestra no nos permite entender que el acá muchas veces puede ser el allá de alguien. Ahí está el punto. No deberíamos preocuparnos por los allá que no conocem